top of page

¿Cuánto cuesta este juego?

Hola a todos. Voy a estrenarme aquí y ahora en esto de la escribir un blog, así que sed piadosos. Hacía tiempo que quería hacerlo pero claro, necesitaba una excusa, un tema que tratar en la primera entrada. Así que, tras un fantástico fin de semana en Córdoba, he decidido inaugurar el blog contando, en parte, mi experiencia en el Festival Internacional de Juegos, aunque, si me lo permitís también voy a divagar un poco...


Llega un punto, cuando te ha dado por inventarte juegos de mesa y compartirlos con la gente que te rodea, en el que quieres que otra gente, personas a las que no conoces, alejadas de tu círculo de amistades (y familiar), los prueben y que, incluso, lo hagan voluntariamente. Al final hasta esos pequeños esclavos de tu mazmorra se merecen un descanso. Pobrecitos. Es ese momento cuando empiezas a participar en concursos de prototipos, a mandar tus ideas al mundo a que se estrellen o brillen, pero no con ese objetivo en la cabeza, la ilusión sí, eso está claro, pero sobre todo lo que quieres es aprender, arreglar lo que no funciona en tu juego y no ves y, por qué no decirlo, que te vayan conociendo allende tu barrio.


El siguiente punto en tu agenda debe ser acudir a algún que otro evento y sumergirte en el mundillo. Por mucho que leas y leas blogs, que veas todos los vídeos o escuches los podcasts de esa gente que sabe mucho más que tu y que llegó antes para abrir camino, hace falta enfrentarse al mundo porque, sí, en tu casa puedes aprender que una producción con cartas de tamaño estándar se hace en mazos de 55 en 55, que la colorimetría es importante o qué es el "tamaño estándar", y ojo, que está muy bien que lo aprendas, te ayudará, pero hay que poner cara y que te la pongan. Hay que salir de la burbuja, conocerás gente que está dispuesta a ayudarte sólo porque ellos han estado ahí antes que tu, sin esperar nada a cambio, sin pensar siquiera en que tu aspiración es, algún día, sacar un juego que triunfe más que el suyo; más que ninguno. Te darás cuenta de que este es un mundo social en el que la gente que participa lo que hace en el fondo es intentar que otros más participen, ya sea creando juegos o divulgándolos, y, lo más importante, que todos disfrutemos con ello.


Pero claro, si eres una persona como yo, con un trabajo a turnos que le ocupa la mitad de fines de semana, vas a tener la horrible sensación de que no puedes ir a nada; de que cada vez que hay un evento, una jornada, un encuentro de dos horas, no vas a estar. Es una pena perdérselo todo. Por eso, si de repente surge la oportunidad, se alinean los astros y puedes ir a uno de los festivales del sector más importante de España no puedes sino tratar de disfrutarlo a tope. Y en esas nos vimos. Y digo nos porque hubo una persona que se dejó engañar para acompañarme. Lo que hace la familia por uno...


Allí nos plantamos el viernes, con una mesa reservada en el Espacio de Creadores dispuestos a mostrar alguno de los cuatro juegos que llevaba a cualquier incauto que estuviese dispuesto a gastar su tiempo en ellos y con los nervios de saber si con Ladrones podría ganar el concurso de prototipos. Si algo hicimos bien ese primer día fue sin duda el encontrarnos con Iñaki y David, los otros dos finalistas del concurso. Conectamos con los nervios de estar en el concurso y con nuestras mesas reservadas en aquella última sala del festival y, en nada de tiempo, estábamos charlando como viejos amigos, ayudándonos los unos a los otros y deseando probar los tres protos. He de confesaros dos pecados. El primero es que también lo hacíamos con la intención de que si no había movimiento al menos lo pareciese. Pero el segundo es el peor. Al final no pude probar los juegos de mis compañeros. Es algo que tengo pendiente y que algún día tendré que resolver.


El viernes transcurrió tranquilo. Colocamos el chiringuito en la mesa que nos habían reservado, la última del festival, y conseguimos sacar un par de partidas de Ladrones y un par de Leaf Life. Poco movimiento en nuestra zona, el foco estaba en otra parte, así que después de cenar decidimos echarnos un Dixit y despejarnos la cabeza un poco. El sábado sería otro día... y vaya si lo fue. Primero, la entrega de premios, plagada de gente ilustre. El premio de prototipos fue a parar a WHIP! de Iñaki Aldekoa, gran tipo, no le perdáis de vista. Una lástima para mis Ladrones, pero no se puede ganar siempre y la charla posterior con los chicos de Elite Games me dio un feedback muy positivo. Nada más terminar el evento, el Espacio de Creadores, inmediatamente contiguo a la sala donde se entregaron los premios, se colapsó de gente. Pensé para mis adentros "ojalá estuviese así de lleno todo el día... bueno, quizás hasta un poquitín menos", llevado por la experiencia del día anterior y por algunos comentarios de mis compañeros de sala, repetidores de otros años, que me habían contado lo que cuesta a veces que la gente se siente a probar tus juegos al ser prototipos...


A las 22:30 decidimos cerrar el chiringuito. Así, ¿sin más? ¿Pero qué fue lo que ocurrió antes de eso? Pues antes de eso... una pasada. Más de 15 partidas a Ladrones, la mayoría no necesitaron ni que nos pusiéramos a jugar nosotros porque se llenaba la mesa. La última versión de este proto (la versión anterior fue la presentada al concurso y la que ganó IyJ2016 de Jugando en Pareja) creo que es la mejor con creces. Rápida, ágil y perfectamente entendible por grandes y pequeños. Funcionó todo el día como un tiro. La gente no dejaba de pararse para ver a qué demonios estaba jugando el grupo de turno que se reía y estresaba tanto a la vez. Mucha afluencia, muchas risas y gente tan genial que volvía si no habían podido jugar en la primera pasada porque la mesa estaba ocupada.


¿Y ya está? ¿Sólo se jugó a Ladrones? Nada más lejos de la realidad, si bien es cierto que ni Life After (antiguo Ratville), ni Los Clanes vieron mesa, al menos enseñamos Leaf Life a 6 grupos y a algún editor majete que se pasó a ver qué era eso de las hojas que se caían y cómo funcionaba. Las hojitas hicieron las delicias de los más peques de la casa y sus padres. Jugamos con peques de hasta 5 años y casi ellos solitos. Incluso hubo quien, como Candela y su padre, vino expresamente a probar el juego porque habían jugado a Ladrones el viernes y les había encantado. La verdad es que estoy contentísimo, y no es para menos teniendo en cuenta que el juego creció en mi cabeza el día que llegó el otoño y que, con dos semanas de vida, haya funcionado tan bien es todo un orgullo. Por supuesto, hay que seguir trabajando en él, ¡pero qué ganas que tengo!


Lo mismo si habéis llegado a este punto os preguntaréis a santo de qué viene el título de esta entrada. Pues viene a colación de una de las preguntas que más me hicieron durante toda la jornada del sábado. "¿Cuánto vale este juego?" creo que son las mejores cuatro palabras que te puede dedicar alguien que ha probado algo que ha salido de tu cabeza. No por el hecho de que se vaya a a gastar dinero en comprar tu juego, no, por el hecho subyacente de que han disfrutado tanto la experiencia que están dispuestos a hacerlo. La verdad es que es algo muy emocionante y que, junto con "¿dónde lo puedo comprar?" o "te seguiré la pista a ver si lo consigues publicar", hace que sea consciente de lo feliz que se puede hacer a alguien por un ratito con algo de cartón y plástico, que vea claramente cual es el camino que quiero seguir y porqué me ha dado por meterme de lleno en este, nuestro mundillo.


Gracias a todos aquellos que pasasteis por la última mesa del Festival y nos regalasteis vuestro tiempo y compañía. Gracias a todos los que gastasteis vuestro tiempo y energía en charlar con quien escribe esto y regalarle vuestra sabiduría. Muchas gracias a todos ellos.


Aquí os dejo algunas fotos del Festival:


Primo, el año que viene, repetimos, ¿no?




Entradas destacadas
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
No hay tags aún.
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page